La filosofía zero waste nos anima a replantearnos el ritmo desenfrenado de consumo, invita a un cambio profundo a nivel personal, social y económico. Es necesario repensar el modelo a los tres niveles con el objetivo de no ahogar el planeta con nuestros residuos. ¿Qué sentido tiene recorrer a productos cosméticos o de limpieza formulados con aditivos tóxicos, cuando es posible conseguir los mismos resultados o mejores con productos respetuosos con el medio ambiente y con nuestros cuerpos?
Leyéndolo así, todo de golpe, puede parecer que es un gran cambio de hábitos y ser difícil imaginar como incorporar esta filosofía en tu vida. Pero es sencillo, no se trata de todo o nada, sino de ir incorporando pequeños cambios de manera paulatina y sin darte cuenta, en unos meses, habrás cambiado tu forma de consumir. Una muy buena idea es ir cambiando los artículos de plástico a medida que se acabe su vida útil. ¡No es necesario tirar nada por el hecho de que sea de plástico! Úsalo y cuando llegue la hora de cambiarlo, opta por una alternativa zero waste. Así, poco a poco, tu casa se ira transformado en un hogar cero residuos. También has de recordar que el zero waste no es solamente un conjunto de productos sin plástico, es, sobre todo, una manera más consciente de consumir. No olvides las 7 erres, intenta aplicarlas en tu día a día y cambiaras al chip cero residuos.